El verano madrileño, luminosidad de Sorolla, termómetros de cuarenta grados y, sin embargo, el eje de la Plaza de Colón a la Glorieta de Atocha fraterniza con el Arte en mayúsculas.
Si caminamos desde la Cibeles hacia Atocha nos podemos recrear, a mano derecha, con Hooper, hasta el 16 de septiembre. Si avanzamos hasta El Prado nos seducirá El Último Rafael hasta el 2 de septiembre. Si continuamos nuestro paseo por el boulevard nos encontraremos con Piranesi y Willian Blaque, quienes nos enamoraran hasta el 9 de septiembre y el 21 de octubre respectivamente.
Si nos encaminabamos hacia Colón, justo en sentido contrario al recorrido anterior, descubriremos al expresionista alemán Ernest Ludwig Kirchner en la Fundación Maphre, hasta el 2 de septiembre.
En este boulevard castizo, donde la ciudad recupera su impronta humana, no se recuerda tanta canícula y perfección. Preferir a cualquiera de estos genios es una descortesía para los otros maestros, no se puede desaprovechar ninguna de estas citas, refrigerio imprescindible si estás soportando la canícula madrileña o piensas visitarla.
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